Aquellos lugares que solo irás para ver algo extranormal
Lago Truk, Micronesia
Damos un salto y nos sumergimos en las aguas de Micronesia en busca de toda una flota naval sumergida, un cementerio submarino. Tenemos que remontarnos hasta 1944 para descubrir por qué numerosos buques y portaaviones japoneses vieron en estas aguas su final. Una imagen desoladora que puede ser incluso peligrosa pues se cree que aún hay bombas sin estallar que hacen del buceo en esta área una actividad de alto riesgo.
Humberstone, Chile
Dejemos que lo tenebroso nos empuje hacia la siguiente parada de nuestro viaje, ahora ponemos en el punto de mira a Chile. En concreto una zona minera, lo cual le da aún más morbo teniendo en cuenta la cruenta historia de explotación y muerte que estas zonas arrastran. La leyenda de extraños sucesos hacen que nadie quiera visitarla, ni siquiera los habitantes de la vecina Iquique… según parece al desolador entorno se unen las risas de niños sin vida que nunca dejaron estas tierras…
Osario de Sedlec, República Checa
Un lugar en el que el arte abraza a la fría muerte para crear una decoración en base a más de 100.000 esqueletos humanos. Puede parecer que no, pero las sensaciones que se producen al entrar y levantar la mirada son, digamos, cuanto menos curiosas.
Centralia, EEUU
Curioso nombre para el pueblo del… fuego eterno, literalmente. En 1962 se produjo un hecho que lo cambiaría todo, un incendio en una antigua mina de carbón arrasó con casas, sembrados, mobiliario urbano,… los bomberos lucharon contra el frente abierto en la superficie. Sin embargo, bajo la tierra, las llamas siguen consumiendo todo lo que encuentran. Tras 50 años de combustión, dicen que aún le quedan 250 más… Por tanto, esta localidad que albergó restaurantes, cines, escuelas, oficinas de correos,… ha quedado totalmente desolada. El peligro no viene solo, de la mano de las altas temperaturas, los gases emitidos se llevan la palma en cuanto a toxicidad.
Puente Overtoun, Escocia
Lo siniestro siempre va asociado a la muerte, y en este caso es aún más llamativo, pues este puente victoriano es también conocido como el “Puente de los perros suicidas”. Lo encontramos en el pequeño pueblo de Milton, en el condado de Dumbarton. ¿Pero por qué recibe ese sobrenombre? Según parece, y se ha comprobado, los perros tienden a saltar al vacío sin razón aparente. Teorías hubo muchas, desde místicas a legendarias, e incluso algunas que buscaban en la etimología del topónimo alguna pista. Pero no fue hasta que la sociedad contra el maltrato animal hizo un estudio riguroso cuando se acoto la realidad, en este se vio que no todos los perros saltaban eran sobre todo los de razas “cazadoras”. Esto hizo pensar automáticamente en algún olor tras descartar otras opciones, de hecho la solución señalaba a un animal: los visones. Por las características del río, el olor desprendido se concentraba en la zona provocando estas impulsivas y en ocasiones terribles reaccione en los cánidos.
Bosque Aokigahara, Japón
“Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo” – es lo que reza el cartel que encontramos nada más adentrarnos entre la densa maleza.
El llamado “Bosque de los suicidas”, o “Mar negro de árboles”, hace que ahora sí que nos pongamos más serios. Este lugar es realmente aterrador, pese a la aparente paz que pretende transmitir con el monte Fuji de telón de fondo. Sin embargo, encontramos cuerpos inertes casi en cualquier rincón. Unas 100 personas anuales se quitan la vida bajo su denso manto, con lo que es habitual encontrar restos de osamentas, ropas y demás en su interior. ¿El motivo? En Tokio puede ser realmente caro quitarse la vida, pues si el suicidio causa algún incidente, es la familia la responsable de hacerse cargo de la reparación de daños.
Damos un salto y nos sumergimos en las aguas de Micronesia en busca de toda una flota naval sumergida, un cementerio submarino. Tenemos que remontarnos hasta 1944 para descubrir por qué numerosos buques y portaaviones japoneses vieron en estas aguas su final. Una imagen desoladora que puede ser incluso peligrosa pues se cree que aún hay bombas sin estallar que hacen del buceo en esta área una actividad de alto riesgo.
Humberstone, Chile
Dejemos que lo tenebroso nos empuje hacia la siguiente parada de nuestro viaje, ahora ponemos en el punto de mira a Chile. En concreto una zona minera, lo cual le da aún más morbo teniendo en cuenta la cruenta historia de explotación y muerte que estas zonas arrastran. La leyenda de extraños sucesos hacen que nadie quiera visitarla, ni siquiera los habitantes de la vecina Iquique… según parece al desolador entorno se unen las risas de niños sin vida que nunca dejaron estas tierras…
Osario de Sedlec, República Checa
Un lugar en el que el arte abraza a la fría muerte para crear una decoración en base a más de 100.000 esqueletos humanos. Puede parecer que no, pero las sensaciones que se producen al entrar y levantar la mirada son, digamos, cuanto menos curiosas.
Centralia, EEUU
Puente Overtoun, Escocia
Lo siniestro siempre va asociado a la muerte, y en este caso es aún más llamativo, pues este puente victoriano es también conocido como el “Puente de los perros suicidas”. Lo encontramos en el pequeño pueblo de Milton, en el condado de Dumbarton. ¿Pero por qué recibe ese sobrenombre? Según parece, y se ha comprobado, los perros tienden a saltar al vacío sin razón aparente. Teorías hubo muchas, desde místicas a legendarias, e incluso algunas que buscaban en la etimología del topónimo alguna pista. Pero no fue hasta que la sociedad contra el maltrato animal hizo un estudio riguroso cuando se acoto la realidad, en este se vio que no todos los perros saltaban eran sobre todo los de razas “cazadoras”. Esto hizo pensar automáticamente en algún olor tras descartar otras opciones, de hecho la solución señalaba a un animal: los visones. Por las características del río, el olor desprendido se concentraba en la zona provocando estas impulsivas y en ocasiones terribles reaccione en los cánidos.
Bosque Aokigahara, Japón
“Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo” – es lo que reza el cartel que encontramos nada más adentrarnos entre la densa maleza.
El llamado “Bosque de los suicidas”, o “Mar negro de árboles”, hace que ahora sí que nos pongamos más serios. Este lugar es realmente aterrador, pese a la aparente paz que pretende transmitir con el monte Fuji de telón de fondo. Sin embargo, encontramos cuerpos inertes casi en cualquier rincón. Unas 100 personas anuales se quitan la vida bajo su denso manto, con lo que es habitual encontrar restos de osamentas, ropas y demás en su interior. ¿El motivo? En Tokio puede ser realmente caro quitarse la vida, pues si el suicidio causa algún incidente, es la familia la responsable de hacerse cargo de la reparación de daños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario