En 1984 yo tenía 10 años, y mi padre era entonces un importante oficial de la hoy desaparecida Policía de Investigaciones del Perú. Un verano, mi familia y yo fuimos a visitarlo a la ciudad de Ica, donde estaba destacado.


Siempre me gustó la lectura, así que comencé a hurgar en medio de toda la ruma de papeles que se hallaban esparcidos sobre su escritorio. Los pesados files llenos de hojas mecanografiadas no me llamaban la atención, así que me decidí por buscar alguna revista. Hallé finalmente una: era la revista oficial de la Policía de Investigaciones. Sin pensarlo dos veces la tomé y comencé a hojearla, atraído por que tenía algunas ilustraciones.

El oficial que escribía el artículo explicaba que él había sido el responsable de la investigación en aquella época, y comentaba a continuación las sospechas iniciales: podría tratarse de un robo efectuado por delincuentes comunes, o un asalto por parte de terroristas ó que simplemente los desaparecidos se habían puesto de acuerdo para hacerse humo con el
caudal.
Lo que relataba el oficial a continuación prefiero redactarlo tal como lo recuerdo: "....tras siete días de infructuosas investigaciones, no se pudo descubrir ni a los responsables, ni al móvil del ilícito. A pesar de que el caso tuvo amplia repercusión en los medios de prensa de la localidad, el personal policial no pudo lograr pista alguna. Ampliada la búsqueda a nivel nacional, los resultados también fueron infructuosos."
"Cuando la investigación estaba a punto de ser abandonada, la orden dada por la Superioridad exigía resolver el caso, en la sospecha de que el robo podría haber sido cometido por elementos subversivos para utilizar el dinero robado en su accionar delictivo: esto hizo que me viera en la obligación de retomar el caso, comenzando por seguir la última ruta conocida de la camioneta, en busca de pruebas,…".
"Junto con un destacamento, partimos de Ica con dirección a Nazca; al enfilar a la carretera de penetración a la sierra, decidí disminuir la velocidad para buscar algún rastro en la misma o sus alrededores, y que se pudo haber pasado por alto en las investigaciones preliminares. A la hora y media de iniciado ese tramo, dimos con la camioneta".
"Unas claras huellas de ruedas nos enfiló hacia el desierto. A unos 600 metros fuera de la carretera, encontramos el vehículo y sus ocupantes, tras una duna. La camioneta estaba detenida y con el capó abierto, suponiéndose que sufrió algún desperfecto eléctrico, dado que los cables de la batería estaban sueltos. El chofer estaba muerto y tendido –decúbito ventral-, frente a ella y portaba aún una llave de tuercas en la mano, dando más indicios de que trató de reparar una avería. Casi 100 metros más adentro, en dirección al desierto, se hallaron los cuerpos del contador y su guardaespaldas – en posición decúbito dorsal-; ambos portaban aún en sus manos sus armas, y se comprobó que ambas fueron percutadas en varias ocasiones, contra algún agresor."
"Cuando la investigación estaba a punto de ser abandonada, la orden dada por la Superioridad exigía resolver el caso, en la sospecha de que el robo podría haber sido cometido por elementos subversivos para utilizar el dinero robado en su accionar delictivo: esto hizo que me viera en la obligación de retomar el caso, comenzando por seguir la última ruta conocida de la camioneta, en busca de pruebas,…".
"Junto con un destacamento, partimos de Ica con dirección a Nazca; al enfilar a la carretera de penetración a la sierra, decidí disminuir la velocidad para buscar algún rastro en la misma o sus alrededores, y que se pudo haber pasado por alto en las investigaciones preliminares. A la hora y media de iniciado ese tramo, dimos con la camioneta".
"Unas claras huellas de ruedas nos enfiló hacia el desierto. A unos 600 metros fuera de la carretera, encontramos el vehículo y sus ocupantes, tras una duna. La camioneta estaba detenida y con el capó abierto, suponiéndose que sufrió algún desperfecto eléctrico, dado que los cables de la batería estaban sueltos. El chofer estaba muerto y tendido –decúbito ventral-, frente a ella y portaba aún una llave de tuercas en la mano, dando más indicios de que trató de reparar una avería. Casi 100 metros más adentro, en dirección al desierto, se hallaron los cuerpos del contador y su guardaespaldas – en posición decúbito dorsal-; ambos portaban aún en sus manos sus armas, y se comprobó que ambas fueron percutadas en varias ocasiones, contra algún agresor."
"Los cuerpos de los tres occisos mostraban UN AGUJERO EN MEDIO DEL PECHO QUE LOS ATRAVESABA DE LADO A LADO; los bordes de las heridas estaban cauterizados, como si hubiesen sido hechas con algún tipo de calor intenso ó una descarga eléctrica. Dentro del vehículo se halló INTEGRO el dinero del pago de los mineros. A ninguno de los occisos les faltaba tampoco nada de sus pertenencias personales."
"Un minucioso examen del lugar del crimen no permitió encontrar el más mínimo rastro o huella del o los responsables; sólo se encontraron las huellas de los occisos y su vehículo. Los relojes de los tres estaban detenidos a las 11.25 de la mañana del día que desaparecieron."
"Una vez recogidos los cuerpos y las pruebas, fueron derivados a la División de Investigación Criminal. El médico legista informó que la causa de las muertes fue producto de una fuerte descarga eléctrica, SIMILAR A UN RAYO."El artículo del oficial terminaba explicando que, una vez iniciada esa parte de la investigación, el caso le fue retirado de sus manos: imagino que lo fue por que ésta creaba más enigmas que respuestas. Igualmente, el policía trataba de dar una explicación a las conjeturas que el caso le planteaba desde su óptica policial: ¿por qué no se llevaron el dinero?, ¿si no era un robo, cuál fue el motivo?, ¿a qué le dispararon los fallecidos?, ¿qué los hizo salirse tanto del camino y entrar en el desierto?, ¿un rayo que mata a tres personas separados a tal distancia, en un desierto en el que no llueve hace 500 años y en pleno verano?,... termina sugiriendo que los responsables del crimen sólo pudieron llegar volando,… ya que no había huellas en la arena. Concluye finalmente que el caso quedó archivado como "NO RESUELTO".
"Un minucioso examen del lugar del crimen no permitió encontrar el más mínimo rastro o huella del o los responsables; sólo se encontraron las huellas de los occisos y su vehículo. Los relojes de los tres estaban detenidos a las 11.25 de la mañana del día que desaparecieron."
"Una vez recogidos los cuerpos y las pruebas, fueron derivados a la División de Investigación Criminal. El médico legista informó que la causa de las muertes fue producto de una fuerte descarga eléctrica, SIMILAR A UN RAYO."El artículo del oficial terminaba explicando que, una vez iniciada esa parte de la investigación, el caso le fue retirado de sus manos: imagino que lo fue por que ésta creaba más enigmas que respuestas. Igualmente, el policía trataba de dar una explicación a las conjeturas que el caso le planteaba desde su óptica policial: ¿por qué no se llevaron el dinero?, ¿si no era un robo, cuál fue el motivo?, ¿a qué le dispararon los fallecidos?, ¿qué los hizo salirse tanto del camino y entrar en el desierto?, ¿un rayo que mata a tres personas separados a tal distancia, en un desierto en el que no llueve hace 500 años y en pleno verano?,... termina sugiriendo que los responsables del crimen sólo pudieron llegar volando,… ya que no había huellas en la arena. Concluye finalmente que el caso quedó archivado como "NO RESUELTO".

Aquella noche casi no pude dormir, pensando en la posibilidad de que "algo" allá afuera fuese el responsable,... y que siga aún por ahí. Hoy me lamento el que no tomé nota del artículo,… al menos el dato más importante: el oficial daba en su artículo, el número del expediente del caso. Lo mejor hubiese sido guardar la revista, pero era un niño apenas y no le presté la debida importancia. Cuando terminaba de leer, mi padre llegó y corrí rápidamente a mi cuarto, dejando la revista en su escritorio. Papá no era nada estricto, pero sí muy celoso con las cosas de su trabajo, y es que en ese tiempo, pasaban cosas muy terribles.

Ha pasado el tiempo pero aún no me quito de la cabeza este extraño caso. Alguna vez quise buscar ese expediente: cuento aún con familiares en la policía y por eso pensé que sería fácil,... pero lo único que pude averiguar es que lo más probable es que esté "enterrado" bajo otros miles de expedientes policiales de la época de la guerra interna, y por lo tanto, no "verá la luz" en mucho tiempo: hubo demasiados excesos de ambas partes durante aquellos tiempos.

Mi interés en este tema se vio reforzado hace poco menos de un año: esta historia, la subí a Internet en otra página, e hizo que me llegase un correo electrónico muy interesante; el anónimo escritor del mismo me dijo lo siguiente:
"....Una historia similar ocurrió en el Departamento de Lambayeque (al norte de Lima), en 1985: en el lugar, según un reporte de la policía, se encontraron uno o dos cadáveres (no recuerdo exactamente cuantos fueron) en unas chacras en las afueras de la ciudad, ya en el lugar los miembros de la policía se dieron con la sorpresa que los cuerpos presentaban orificios del tamaño de un plato de té a la altura del pecho y que este orificio había dejado una cicatriz con los bordes limpios, como si los hubieran cauterizado o hechos con alguna clase de rayo, no se supo cual había sido la causa de la ejecución, no hubo robo ni otra causa, y el caso quedo como no resuelto y pasó al olvido,..." Asimismo, agregaré como dato final que la zona en que ocurrió aquella extraña historia, está muy cerca de las famosas Líneas de Nazca.
Sé que será difícil descubrir la verdad de este extraño caso, pero mi interés en descubrirla aún se mantiene, no ha disminuido con los años. Si lo consigo, seréis de los primeros en saberlo.

Me disculpo por no publicar mucho u.u Pero ahora si tendré muchos megaposts para que disfruten este mes.
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